Mi experiencia después de una semana con una sola comida al día
Decisión y Adaptación
- Decisión inicial: Decidí comer sobre las 14, con 23 horas de ayuno toda la semana.
- Adaptación de ayuno: Pasar de dos comidas al día (18 h de ayuno) a 23-24 se hace muy sencillo.
Excepciones
- Un día diferente: Debo reconocer que el viernes hice tres pequeñas comidas (me fui a esquiar con mi hija y me acoplé a ella).
Observaciones Físicas
- Perdida de grasa abdominal: No tengo báscula, pero la perdida de grasa abdominal ha resultado evidente. Lo noto en los pantalones. No era lo que buscaba.
- Mejora del sueño: El sueño no se ha resentido del ayuno. Todo lo contrario, ha mejorado (anoche dormí cerca de 10 horas de sueño profundo y reparador).
- Rendimiento físico: He continuado entrenando como habitualmente, con rutas de montaña incluidas. He subido la carga de peso, y primera vez puedo hacer series de 35 flexiones, despacio. Aumento de la potencia muscular.
Observaciones Emocionales y Mentales
- Estado emocional: Serenidad mental. Felicidad.
Sensaciones de Hambre
- Gestión del hambre: Hambre solo aparece cuando pienso que se acerca la hora de comer. Se trata de la "fase cefálica" de la insulina. Poca y controlable con agua, y a veces con un puñadito de sal gruesa.
Perspectiva y Futuro
- Adopción del estilo de vida: No es de extrañar que cada vez más estadounidenses adopten este estilo de vida, generalmente con una dieta carnívora o cetogénica.
- Beneficios potenciales para la salud: Creo que practicarlo una semana o 5 días al mes podría ser una herramienta maravillosa para el control de enfermedades crónicas: diabetes, hígado graso, hipertensión, tiroiditis de Hashimoto, artritis, fibromialgia, e incluso el cáncer entre muchas otras.
- Prevención de enfermedades: Como protección frente al cáncer y otras patologías, por supuesto.
- Sostenibilidad del estilo de vida: No me costaría mantener este estilo para siempre, es posible que lo haga.
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