Carta a mi madre

Mamá, el otro día conversando me dijiste que te considerabas conformista y que creías que eso era un signo de falta de inteligencia. Pero, siendo objetiva, creo que no podrías estar más equivocada. No solo has sido concejala en uno de los ayuntamientos más importantes de la Comunidad Valenciana, haciendo un servicio impecable durante tu mandato, sino que también conseguiste tu graduado con sobresaliente. Y eso no fue suficiente para ti: cambiaste de trabajo y ayudaste a muchísimas trabajadoras a no ser explotadas por sus empleadores.

Yo no veo a una persona conformista. Al contrario, veo a una persona increíblemente inteligente, íntegra y el más vivo ejemplo de honestidad que jamás podría haber tenido. Tal vez no supieras explicarme un problema de matemáticas concreto, pero siempre estabas allí para apoyarme de cualquier forma que pudieras.

Si hoy soy la persona que soy, es en parte, gracias a ti. No puedo evitar sentirme orgullosa de la madre que tengo, que con esfuerzo y dedicación me ha mostrado que la verdadera inteligencia va más allá de los libros. Es la capacidad de enfrentar la vida con coraje, de ser justa, de ayudar a los demás y de mantener siempre la integridad y la honestidad.

Gracias, mamá, por todo lo que has hecho y sigues haciendo. Eres mi ejemplo a seguir y la persona que más admiro.